Las modas van y vienen, pero hay unas que, a pesar de todo, permanecen en el tiempo y como la historia siempre se repite, cada tanto vuelven a la cúspide.
Entre estas modas eternas se encuentra el maravilloso mundo de los cabeceros tapizados, desde la edad media hasta hoy en día, este ha sido un recurso decorativo y funcional que ha traído muchas ventajas en su incorporación.
Ventajas de los cabeceros tapizados
Si hablamos de forma estética, lo principal que se debe recalcar es la versatilidad, se adapta a cualquier estilo, desde un vintage romántico hasta un estilo industrial. Este recurso puede representar la piedra angular en cualquier estilo de decoración por su capacidad para crear ambientes y producir sensaciones.
Si nos referimos a la funcionalidad, no hay menos que recalcar. Estos cabeceros se caracterizan por ofrecer tres grandes ventajas:
En primer lugar, actúan como aislantes de sonido. Este recurso decorativo tiene la capacidad de amortizar las vibraciones del sonido, por lo que es una gran solución para mitigar los ruidos externos y tener un sueño profundo y reparador.
En segundo lugar, son cómodos y prácticos. El acolchado de estos cabeceros da soporte y estabilidad al cuerpo al momento de sentarse sobre la cama, además, de ser increíblemente prácticos si vas a leer o a conversar con alguien mientras estás sentado; evitan las malas posturas que solemos tener cuando estamos sobre la cama.
Por último, son reguladores de temperatura. Según sean de un material u otro, tienen la capacidad de retener el frío y la humedad o generar calor; todo depende del clima de la habitación y de las preferencias del usuario.
El mundo de los cabeceros tapizados
En el mercado existen muchos cabeceros, algunos de ellos son pintados o de papel tapiz y aunque son muy lindos y llamativos, no son funcionales. Por esta razón, los tapizados son los más idóneos, aparte de ser estéticamente agradables, tienen una función en la vida cotidiana.
El mercado está repleto de diseños, enumerar uno por uno sería como intentar contar las gotas que conforman el mar, aun así, podemos hablarte de los diseños más comunes que puedes encontrar en cualquier tienda.
- Los cabeceros de tela: se fabrican comúnmente con lino, seda, terciopelo o tejido, estos pueden ser más sobrios conservando una textura lisa o más juveniles combinándolos con estampados más exóticos. Cabe destacar que entre más porosa sea una tela, mayor ventilación tendrá.
- Cabeceros con tachuelas: son los más comunes del mercado, se caracterizan tener una apariencia muy acolchada, la cual se consigue insertando tachuelas a presión en el marco del cabecero.
- Cabeceros capitoné: son similares a los cabeceros con tachuelas, pero en lugar de tachuelas, se usan botones presionados, en forma geométrica, en todo el cuerpo del tapizado con el objetivo de resaltar el mullido.
- Cabeceros con motivos: estos se fabrican sobre todo para los niños y suelen traer formas de objetos o algún dibujo animado.
La forma de los cabeceros no es necesariamente rectangular, también se encuentran formas más abstractas.
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